Mi primera feria

Mi primera feria

Me encanta visitar la feria de tejidos, te sumerges en un mundo de creatividad sólo entrar en ella. Todos los stands están llenos de tejidos de diferentes texturas, colores, estampados, composiciones… Caminar por sus pasillos es viajar por la artesanía. Admiro a las personas que trabajan en estos stands, por su habilidad, su entusiasmo, entrega y sobre todo por su enorme dedicación. Cada visita a la feria es una oportunidad para crecer, aprender y valorar mucho más este oficio.


Mi primera visita fue muy diferente a lo que yo me había imaginado. No porque no me gustase, que me encantó, sino porque la falta de confianza en mí misma no me permitió disfrutar de todo como debería. Mi objetivo era la búsqueda de proveedores que me permitiesen desarrollar y plasmar mis ideas en sus tejidos, cosa que no resultó nada fácil.


Me sentí perdida, con enormes inseguridades, miedos y sin capacidad para interactuar con las personas que allí había. Menos mal que me acompañaba mi marido, que tiene un carácter totalmente contrario al mío, y me ayudó a romper el hielo y empezar la búsqueda hacía lo que necesitábamos, proveedores de tejidos de buena calidad dispuestos a vender sin exigir un número mínimo de metros de tela ya que, en nuestra situación de principiantes, adquirir un mínimo de 50 metros en la compra de cada tejido, era totalmente inviable. Iniciaba la conversación con todos los vendedores y tras presentarse la siguiente pregunta siempre era la misma, ¿exigen un pedido mínimo de metros por tejido? En las respuestas a esta pregunta, obtuvimos muchísimos más SI que NO, pero en esos NO encontramos lo que buscábamos. Solicitamos muestras de las telas que, tras recibirlas, terminaron de convencerme. Mis proveedores de telas, de momento, se cuentan con los dedos de una mano, pero estoy muy contenta con ellos y sobre todo enormemente agradecida de poder iniciar así la confección de mis prendas.


La forma de afrontar las diferentes situaciones de la vida depende de la ACTITUD de cada uno y yo salí de esa primera feria, no con los numerosos SI que obtuve sino con los pocos NO que conseguí. Había que transformarlos en oportunidades y a eso me agarré. 


La feria de este año la he afrontado de una forma totalmente diferente y la he disfrutado mucho más. Profesionalmente me siento más segura, he vencido muchos miedos e inseguridades y valoro más los conocimientos adquiridos, lo que me lleva a interactuar con las personas más abiertamente. 
Es impresionante lo que pueden cambiar las cosas. Ahora esas conversaciones con personas que se dedican a lo mismo que tú me parece la mejor parte de la feria, ya que de estas conversaciones sales con nuevas perspectivas de las cosas, nuevas ideas y creatividad, esencial para la profesión que desarrollo.


Recordar siempre que “Ser grande no es una cuestión de tamaño sino de actitud”

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