Después de haberos dado la bienvenida en mi blog inicial, con el que arrancaba este nuevo proyecto profesional, hay que seguir avanzando y que mejor opción que ir conociéndonos un poquito más.
Más que un nuevo proyecto profesional, para mi arranca una ilusión, un deseo, una esperanza, un dedicar mi tiempo a lo que realmente me gusta, un inicio para conseguir mi gran sueño, un mundo de ideas, de bocetos, de telas que me permitan poder llegar a todas aquellas personas que se encuentren identificadas con mi estilo y con la ropa que confecciono.
Mi día a día no es distinto al de cualquier persona. El despertador toca temprano, café, desayuno, alguna tarea del hogar y enseguida me meto en mi pequeño taller a crear. Es un espacio pequeño con una mesa para dibujar, otra para patronaje y corte y como no las máquinas de coser que me permiten dar forma a mis diseños. En este pequeño espacio también tengo todas las prendas terminadas y preparadas para que las disfruten aquellas personas que se hayan sentido atraídas por ellas. Mi día, casi transcurre entre telas.
Si me tuviese que definir, a pesar de hacer videos en Instagram y fotos para mostrar mis diseños, soy una persona bastante tímida y reservada. Ser capaz de ponerme delante de una cámara, aunque sea la de mi móvil, es para mi todo un enigma pendiente de resolver.
Es cierto que, como todo en la vida, requiere su esfuerzo y hasta me tuve que apuntar a un curso de “Cómo hablar en público” para poder vencer ese exceso de timidez que tenía. La verdad es que, aunque al principio me costó, fue todo un acierto, a pesar de que me hicieron hablar media hora entera de un tema que me toco al azar, “la vaca”, con todos mis compañeros mirando, el color de mi cara os lo podéis imaginar. Pero contra todo pronóstico salí airosa de esa prueba y madre mía todo lo que me enseñó…
Al fin y al cabo, esa es la vida, un continuo aprendizaje.