No hay mal que por bien no venga”, esa puede ser, a día de hoy, la moraleja de mi historia.
Después de trabajar más de 20 años en un departamento de producción, en una empresa multinacional situada cerca de mi casa, por un expediente de regulación de empleo, este trabajo llegó a su fin, con todos lo que eso conlleva.
Cada persona tiene una situación personal diferente, una edad, una condición física, familiar, económica, …. que influye muy directamente en la forma de manejar una situación así, lo que hace que cada uno la viva de una forma completamente distinta. Para unos, es una oportunidad de dar un cambio positivo a su vida, para otros, una situación compleja y difícil de manejar, pero para TODOS UN CAMBIO, de una manera u otra. Hay que buscar un nuevo horizonte hacía el que dirigir tu vida, tarea nada fácil.
Yo quise tomarlo como una oportunidad, como una forma de empezar a darle vida a una idea que rondaba desde hace mucho en mi cabeza. Siempre he cosido, no era algo nuevo para mí, pero nunca lo había hecho para los demás, nunca había diseñado una prenda para mostrar y que pudiese comprarla quien se sintiese identificada con ella y finalmente lo logré.
Para ello lo primero que necesitaba era un pequeño taller donde tener mis cosas de costura, poder dibujar, crear, cortar, coser y nos pusimos manos a la obra. Mis primeras prendas fueron estivales y con mucho colorido. Ante mi sorpresa, la aceptación de éstas fue muy buena, se agotaron rápidamente al igual que las que vinieron después. Eran diseños de los que no había más de 10 o 12 unidades, lo que le daba casi una exclusividad a cada prenda, política que sigo manteniendo hasta el día de hoy.
La creación de las primeras prendas y su venta, a parte de una gran alegría, me enseñaron a empezar a confiar en mí, era el momento de intentar conseguir este sueño, había que intentarlo.
El trabajo, la dedicación, la entrega, la formalidad, el esfuerzo, las numerosas horas encerrada en mi taller de lunes a domingo… contribuyen mucho a que un sueño se pueda hacer posible, pero con esto solo no se consigue. El verdadero motivo han sido todas las personas que me han dado su apoyo desde el principio, que han comprado mis prendas, que me han dicho que les gustaba lo que hacía, que lucían mis diseños por diferentes lugares y también aquellas que me han ayudado enseñándome cuando algo no me salía tan bien como yo quería, orientándome cuando estaba confusa en algunas cosas, ese ha sido el ÚNICO MOTIVO.
Por ello, a todas ellas quiero darles las GRACIAS y decirles que sin ellas no hubiera sido posible. Sé que este agradecimiento lo traslado de forma casi diaria en los videos que hago en las redes sociales, pero quería también decírnoslo por escrito.
Entre estas personas se encuentran amigas, conocidas, compañeras de mi trabajo anterior, vecinas y personas que se han ido sumando en el escaso tiempo que llevo en este negocio.
Dicho lo dicho, solo hay una forma para terminar este blog, reiterando mi agradecimiento y pensado que esto es solo el comienzo, que espero que sigamos recorriendo juntas este camino.
“Sin vosotras no hubiese sido posible”